Los Retablos de la Iglesia de Santa Ana
En la actualidad se cuentan 10 retablos: el Retablo Mayor, La Virgen del Carmen, El Corazón de Jesús, El Santo Cristo del Consuelo, La Inmaculada Concepción, San Isidro Labrador, San Antón Abad, La Divina Aurora, El retablo de la Virgen de los Dolores y el de La Virgen del Pilar. *A partir de la concesión de la independencia económica de la parroquia por el Obispado en 1582, se acuerda por decreto en 1594 hacer la imagen de la patrona, luego la construcción de los altares, la torre, la terminación del templo y los retablos. Hay que diferenciar los altares de los retablos, los primeros se hacían con mampostería y se colocaban en los huecos destinados a ellos. Posteriormente por requerimiento de los Visitadores o de la suntuosidad del templo, se sustituyeron por retablos que posteriormente se doraron para embellecer el templo.
El primer Altar fue el Mayor, después en 1596, en la Visita Parroquial llevada a cabo por el Obispo de Calahorra Ilustrísimo Sr. Don Pedro Manso de Zúñiga (Riojano y confesor de Santa Teresa de Jesús). Los altares colaterales a izquierda y derecha estuvieron dedicados al Niño Jesús y a Juan Bautista, subsistieron hasta 1828. En 1606, según el Libro 1º de la Fábrica folio 162 (vuelta), se concertaron la construcciones de varios altares: El del niño Jesús, el de la Santísima Trinidad, el de Nuestra Señora de los Dolores, de San Francisco y llegaron a ser construidos, según recogen los documentos escritos. A partir de 1640 comenzaron a trabajar en la construcción del retablo mayor y pocos años más tarde en el de la purísima Concepción , aunque ya tenían la estatua.
Los retablos, en un principio fueron dedicados, aunque no todos, a advocaciones distintas a las que hoy veneramos. Todos pertenecen a los siglos XVII Y XVIII a excepción del retablo de la Virgen del Pilar que lo construyó una casa de arte de Zaragoza en el año 1964 y que sustituyó al del mismo nombre del s.XVII, retirado por deterioro a causa de las termitas que lo devastaron. Incorporaron a él dos columnas salomónicas del retablo de la Inmaculada en detrimento de este último. A comienzos del siglo, los devotos costearon los actuales, uno sustituyó al de la Inmaculada Concepción del s. XVII, esta operación fue realizada por el párroco D. Juan Gabriel Villalba en el año 1917. En la restauración del templo en los años 1962-64, el párroco D. Domingo, recuperó el antiguo y lo mandó restaurar y fue colocado en su lugar originario. El otro retablo fue el de San Antonio de Padua que se colocó frente al de San Antón Abad y a la derecha del Retablo de la Coronación que preside la Divina Aurora. Tambien fue retirado con la restauración del templo.
*Principales de datos: Archivo parroquial y reseñas estilísticas cogidas de la revista ECOS PARROQUIALES dirigida por Agustín Pando y publicada en el año mariano de 1954, en el número extraordinario aparecido en mayo con motivo del primer centenario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada.